VIDA Y OBRA

18.05.2013 20:12

 

Nació en 1926 en Viena, en una familia con antecedentes judíos, dálmatas y católicos. Al nacer, los médicos le desahuciaron, pero a pesar de estos pronósticos adversos el recién nacido iniciaría su vida de viajero pues ese mismo año viajaba a Dalmacia a recibir la bendición que su abuelo tenía reservada para el primogénito de su hijo. Entre 1936 y 1941 vivió principalmente en Viena con su abuelo materno; era considerado entonces como medio judío. En 1941 tuvo que huir a Italia porque ya se le consideraba simplemente judío. Estudió histología y se graduó con honores en cristalografía en la Universidad de Florencia.

                                                                                

 

Entre 1942 y 1946 estudió y se graduó con los más altos honores en teología y filosofía en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma. Fue ordenado sacerdote, y no aceptó un ofrecimiento de trabajo como diplomático del Vaticano, sino que prefirió trabajar como párroco asistente en Nueva York. En 1956 fue nombrado vicerrector de la Universidad Católica de Puerto Rico y en 1961 fundó el Centro Intercultural de Documentación (CIDOC) en Cuernavaca, México, un centro de investigación que impartía cursos de lengua y cultura hispanoamericana a los misioneros norteamericanos.

 

Illich solicitó y obtuvo una dispensa para el ejercicio sacerdotal a finales de los años 60. Tras diez años de fecundísima labor, las publicaciones e "ideas" emanadas del CIDOC le enfrentaron con el Vaticano, y en 1976 el centro se cerró con el consentimiento de quienes allí laboraban y el acuerdo para distribuir equitativamente el producto de su liquidación. Algunos de ellos establecieron escuelas de idiomas en Cuernavaca, y dieron inicio así a un importante fenómeno económico cultural. A partir de los años 80, Illich viajó intensamente, y repartió su tiempo entre los Estados Unidos de América, México y Alemania. Hizo una estancia como profesor visitante de filosofía y de "Ciencia, tecnología y sociedad" en la Universidad Estatal de Pensilvania, e impartió seminarios y encuentros en la Universidad de Brema.

 

Durante los últimos veinte años de su vida sufrió un proceso cancerígeno de tumores en la cara que, en congruencia con su crítica a la medicina institucionalizada, se negó a tratar con métodos "profesionales". Practicó en cambio técnicas terapéuticas de meditación y yoga. Los últimos años fumó opio, para hacer frente al tremendo dolor causado por el tumor. En una fase inicial de diagnóstico le dieron una esperanza de vida de apenas algunos meses, pero llegó a sobrevivir casi veinte años más, y se hizo cargo él mismo de su enfermedad, en una relación de serena y estoica "convivencialidad".

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